A veces, en lo solo de mí,
sin luz de posición
y en el arcén que tiene toda noche
observo el precipicio.
No soy un tipo al que le ataque el vértigo
y es más
me gusta el equilibrio del gato en el vacío
y me seduce toda cuerda floja.
Será este hábito frío de volar
con los ojos cerrados y el corazón sin rumbo.
Este hábito negro, desaliñado hábito
de predador del aire y de sus magias.
Me quedo en el silencio
como un búho
que busca el alimento en su interior
y se consume en cada sueño que devora.
Sin luz de posición mirando al tiempo
y su latido inútil
hecho de amor extraño
que no sabe nombrarse con la boca
ni paladearse encima de la lengua.
Sin luz
como una sensación serena y ardua
capaz de repoblar el infinito.
Imagen: Álbum de la tropa