"Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que lo enfurezca más"
(Oscar Wilde)
Quería hablarte de ese acibarado desatino tuyo, de tu “porque
sí” apaleador de tambores que no cesan de repicar hacia la distancia donde
algunos hemos optado ya por la sordera, hastiados de tanta perorata.
Sí. Es lo que dije: “perorata”. Dije perorata porque
lo tuyo son las peroratas. Largos y mefistofélicos discursos llenos de
palabrejas conspicuas que no llegan jamás a definir su argumento. Sólo envuelven
toda tu imprecisión como la saliva filante envuelve una lengua que se mueve y
se mueve atrapada en una red de malas babas.
¡Cuánto desordenado balbuceo que no consigue apaciguar
la fuerza de todo lo miserable que te roe! ¡Cuánta la oscuridad de tus
despeluchadas sinrazones tragicómicas!
Yo, sin embargo, he perdido violencia. A la luz de las
últimas cosas de mi vida, he perdido violencia. La he cambiado por la
contemplación.
Sí. Como antes dije “perorata”, ahora digo “contemplación”.
Mi contemplación es piadosa y atónita. Se queda allí,
mirando la lujuria del odio, como se mira a un bicho insaciable que se revuelve
armado con cañones que aún no ha aprendido a disparar de manera efectiva. Tu
odio se va en salvas, como uno de esos desfiles norcoreanos de echarle un pulso
a un mundo que no lo tiene en cuenta y que, además, sonríe cubriéndose la boca,
para condescender sin humillar.
Yo no te tengo en cuenta, pero admito que la esquizofrenia
de tu furia es triste. Es muy triste. Casi como ese inefable patetismo que
inclina a la piedad cuando el contrario va por la vida tan disminuido. Tan
disminuido, que ya no es un contrario, si es que alguna vez dio su estatura
para ser alguna cosa más que un chirrido pertinaz y giboso, reclamante de
atención y a punto de sollozo perpetuo.
Los fantasmas y los horrores te acompañan como una
sombra que te vela esas ganas de odiar lo que está bien y que son las mismas
intensas ganas de sufrir que hicieron de todos tus argumentos un eufórico caos.
Hoy leí la frase de Oscar Wilde que encabeza este post
y quise compartírtela.