Impracticable impráctico el tan lejos
y el tan cerca, tan cerca,
que en el roce
de la piel de tu boca está lo claro
de una noche sin lunas
y un silencio se ensancha
de ríos fecundados y corazón,
tejiendo.
¿Qué late en el desborde de tus ojos
pestañas más allá de las histerias,
sino lo sereno y lo maduro
que esparce la pasión de imaginar?
Te invento, te fabrico, te prolijo,
te visto, te desnudo, te masturbo,
peino la estrella redonda de tus nalgas
y la hinchazón de viento de tu pelo.
Nace tu voluntad de desarraigo
como una aparición indecorosa
y en medio de las líneas con que escribo
planta un árbol con sombra de metralla
y ata un cordero negro
y suelta un ave que aún no tiene nombre.
Va de página en página tu pie
llevando una candela
incendiaria y tenaz
toda de brújulas
y corro en los pasillos de tu verso
como un antiguo gladiador romano
que busca ser liberto en la mañana.
La noche
nos exime de las milagrerías
y de contarnos cuentos de profetas
o leyendas urbanas sin el agravio de la necesidad.
Somos
una imaginación que se desborda
con el roce tardío de la letra.
Imagen: Foggy in my mind by Kyo Gotmilk