Apendicitis crónicas (las páginas colgantes)

TEORÍA DE LA PROSA - IRRESPONSABILIDAD DEL VERSO - IMAGINACIÓN DEL ENSAYO - INCERTIDUMBRE DE LA REFLEXIÓN

Pasaje hacia el silencio


—Me dejás solo. Te bajás del barco como las ratas…– le había dicho Netri cuando terminó de leer los considerandos de la renuncia, esta vez indeclinable, con la que tuvo el desagrado de desayunar, frente a frente con él, en un desayuno que no fue de trabajo.

—Me bajo del barco “de las ratas”, querrás decir.– corrigió a Netri, sin inflexiones que denotaran otra cosa más allá de lo que decía– Vos deberías hacer lo mismo si no querés pasar a la historia deshonrosamente.

La palabra hizo su efecto y sobrevino el silencio.

*

Las historias no importan sino el impacto de vivirlas. Eso es lo que moldea el dolor: la curiosa vitalidad que provoca en algunos el filoso ejercicio del sufrimiento. Saber sufrir es un arte porque el sufrimiento es la antesala de la destrucción.  

—De la moral…de la destrucción moral.– aclaro, escaso de humor y observando desde el ventanal del bar grasiento una calle sin nombre en la que se acumula la basura.

—No me jodas. Te me venís a poner en filósofo ahora…¿Sos un apólogo de la carencia humana o qué?

La consumición la pago yo y salimos a la noche barata del suburbio.

Somos dos chicos malos en un callejón sin salida y pensando en quién es el más ágil para saltar el paredón y transformarse en un pedazo de amorfa oscuridad.

Somos dos chicos malos en la misma encrucijada en la que desembocó nuestra carrera hacia adelante (como son todas las carreras) porque ambos imaginábamos que las salidas quedan delante de lo que intentamos dejar atrás.

Somos dos chicos malos que se mantienen a tiempo de disparo, exilados del bien, mirándose y midiéndose en una indefectible equiparación de carencias.

Nadie se salva cuando lo que se derrumba es la mirada que uno intenta mantener en el espejo.

—Bueno ¿y? ¿No me vas a matar?

Mientras le apunto, yo recuerdo Liberia.

El gatillo cede con la misma suavidad de un gato que se curva ronroneando debajo de la mano que le desliza una caricia y se escucha el click, solamente click.

—¿No me vas a matar? ¿Cuervo, no me vas a matar?

Guardo la pistola y me voy.

Mientras me voy susurro: Perdoname loco, no te veo ¿Te digo la verdad? No le acierto jamás a gente muerta.

Antes de subir al auto oigo el disparo.

Alguien que no le importa a nadie acaba de morir dentro de un callejón.


(De: Back to black)


 Imagen: El soñador sigue durmiendo by S. Fromthehead

Participan en este sitio sólo escasas mentes amplias

Uno mismo

En tu cuarto hay un pájaro (de Pájaros de Ionit)

Un video de Mirella Santoro

SER ISRAELÍ ES UN ORGULLO, JAMÁS UNA VERGÜENZA

Sencillamente saber lo que se es. Sencillamente saber lo que se hace. A pesar del mundo, saber lo que se es y saber lo que se hace, en el orgullo del silencio.

Valor de la palabra

Hombres dignos se buscan. Por favor, dar un paso adelante.

No a mi costado. En mí.

Poema de Morgana de Palacios - Videomontaje de Isabel Reyes

Historia viva - ¿Tanto van a chillar por un spot publicitario?

Las Malvinas fueron, son y serán argentinas mientras haya un argentino para nombrarlas.
El hundimiento del buque escuela Crucero Ara General Belgrano, fue un crimen de guerra que aún continúa sin condena.

Porque la buena amistad también es amor.

Asombro de lo sombrío

Memoria AMIA

Sólo el amor - Silvio Rodríguez

Aves migrantes

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Feria del Libro de Jerusalem - 2013

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Café literario - Centro de convenciones de Jerusalem

Acto de fe

Necesito perdonar a los que te odiaron y ofendieron a vos. Ya cargo demasiado odio contra los que dijeron que me amaban a mí.

Irse muriendo (lástima que el reportaje sea de Víctor Hugo Morales)

Hubo algo de eso de quedarse petrificado, cuando vi este video. Así, petrificado como en las películas en las que el protagonista se mira al espejo y aparece otro, que también es él o un calco de él o él es ese otro al que mira y lo mira, en un espejo que no tiene vueltas. Y realmente me agarré tal trauma de verme ahí a los dieciseis años, con la cara de otro que repetía lo que yo dije tal y como yo lo dije cuarenta años antes, que me superó el ataque de sollozos de esos que uno no mide. Cómo habrá sido, que mi asistente entró corriendo asustado, preguntándome si estaba teniendo un infarto. A mi edad, haber sido ese pendejo y ser este hombre, es un descubrimiento pavoroso, porque sé, fehacientemente, que morí en alguna parte del trayecto.

Poema 2



"Empapado de abejas
en el viento asediado de vacío
vivo como una rama,
y en medio de enemigos sonrientes
mis manos tejen la leyenda,
crean el mundo espléndido,
esa vela tendida."

Julio Cortázar

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.
1a. edición - bilingüe