|
Imagen del genocidio hutu |
Uno muere en su piel. Muere en su arte como un bichito gordo rondando una bombita de cien vatios, porque esa es su elección. Se hace ceniza desde el tiempo a la boca, hilando libros que lo cuentan de espaldas. Es feliz con lo puesto y lo inventado, porque para vestirse está el invento y para desnudarse la palabra. El dolor y el pasado conjugan en presente. Y como en el hebreo, no existe en esa conjugación el verbo estar. O ser. Ani aluf mishné...para lo que me sirve en estas circunstancias en que no consigo mandar siquiera sobre lo que me duele o lo que siento.
En el fondo de mí hay sólo un náufrago. O un buzo que se ahoga. D-os dirá.
(De: El ardid de la sombra)