Algo salió mal pero no hubo porqués. Sólo algo salió mal y
corrimos durante varias horas llevando el roquedal en nuestro aliento hasta que
las piernas se nos deshicieron como nubarrones que no llueven.
Nos volvimos endurecidos como la piedra por la que rodábamos mientras el cansancio
solidificaba en nosotros un silencio alto como esos silencios que aquí nunca
rozan el cielo.
Desmañados y altos como nuestro silencio, caminamos buscando
donde estar, donde existir. Caminamos con la actitud del pastor trashumante que
agrega sus cabras al vacío y libera su alma al universo.
Sentado en la inquietud, escribo.
Estamos solos a merced del viento mientras vemos arder la
aldea en el fondo de un valle verde claro.
Fuimos los últimos en salir de allí.
(De: Ius soli)
Imagen: Álbum de la tropa