Ilka Schonbein |
¿Qué voy a hacer con vos
mientras la muerte te ajusta las ideas
y el tiempo se desalma sobre mí?
Escucho fados tristes que tiritan
sobre tu última boca,
sobre la exaltación de tus silencios del todo predecibles.
Ya sé que es este espanto intermediario
que separa y hermana nuestros tientos.
Este espanto
este espanto
este último espanto que fracasa y que habla
con bocas de arrumar y de mentir.
Viejo espanto que habla por mis ojos
y convoca las penas que arden miedos.
Soy ese pedregal hecho con ríos que ocurren solo a veces
en el tiempo frugal de las desgracias.
Sangre que crece amarga como un fruto de sal
en la intemperie angosta del acaso.
Solo como los solos
te extraño torpemente.
Hecho de angustia te extraño torpemente
al no querer morir de ser yo mismo.
Yo no quiero morir de ser yo mismo
tan desalado y álgido como un hueso podrido por su médula.
Quiero sentir
-aunque sea tan breve la circunstancia del momento cálido-
que tu boca se alza y recupera
el margen de piedad que hay en mis ojos
este último espanto
fracasado.