Apendicitis crónicas (las páginas colgantes)

TEORÍA DE LA PROSA - IRRESPONSABILIDAD DEL VERSO - IMAGINACIÓN DEL ENSAYO - INCERTIDUMBRE DE LA REFLEXIÓN

De las cartas cerradas y otras incoherencias (segundo tomo)



 El del otro costado

Alguna que otra vez te escribí cartas. No sé por qué lo hice. Te escribí, simplemente, desde el viejo lugar de las historias.

Los dos tenemos tragedia en las historias. Nacimos en lo trágico y a lo trágico quedamos condenados, con la labilidad que le impone al corazón nacer en la carencia.

A nuestro modo, ambos salimos a pelear con el futuro. Era nuestra única forma de matar el presente. 

Imaginábamos, ridículos, peces de colores y espacios donde hacernos espacio y no estorbar. Estar ahí, echados en lo blando de un día donde todo fuera bueno y nos quedara cerca.

Vos sabías llorar. Yo no podía. Sin embargo, me viste llorar alguna vez y yo te vi llorar demasiadas. Alguna de esas demasiadas veces, también lloramos juntos.

Vos eras para mí esa parte amorfa que representa la vulnerabilidad y que se acomoda como puede (casi sin saber cómo hacerlo) a toda rigurosa destemplanza.

Yo era lo que no cabe, lo que no tiene esa capacidad dúctil de caber, de adaptarse, de ceder y revenirse. Yo era también rigor e intemperancia. La solidez sin cumbre, atada a tierra. La piedra subterránea.

En aquellos tiempos de compartir pan y dolor, te me aferrabas con miedo diminuto. Eras la mata que tiene su hondura en el peñasco. Los dos, desde ese espacio de sujeción austera, inventábamos pájaros con que otro se volaba.

Me hiciste renegar de tantas formas que terminaste ganando por cansancio y ya no renegué. 

Yo te hice renegar de otras mil formas que siempre perdonaste con un abrazo viejo, conocido, un abrazo famélico que siempre olía a vos y se quedaba en mí, como una marca.
Me dijiste “te quiero” muchas veces en que no te escuché o me reí o sencillamente te ignoré. Yo soy el duro de los dos, ahora que somos dos. Yo sigo siendo siempre el mismo duro.

Pero ¿sabés qué? Llegó mi turno. Estamos viejos, seguimos honrando aquel costado que se deshabitó de nuestro espacio y nos quedamos así, solos y pobres y siempre malheridos como la primera vez en que mi ira chocó contra esa lánguida tristeza de tus ojos y te pregunté ¿qué me mirás? ¿nunca viste un judío?

La vida no fue pródiga en puentes que tender entre nosotros pero quizás los pocos que fabricamos con nuestras propias manos, no tuvieron el mantenimiento merecido.

Voy a clavar de nuevo madera por madera para que los crucemos cada vez que queramos.

Empiezo por decirte que yo también te quiero.

De verdad, es verdad que te quiero.


(De: Hijos de tierras áridas)




Participan en este sitio sólo escasas mentes amplias

Uno mismo

En tu cuarto hay un pájaro (de Pájaros de Ionit)

Un video de Mirella Santoro

SER ISRAELÍ ES UN ORGULLO, JAMÁS UNA VERGÜENZA

Sencillamente saber lo que se es. Sencillamente saber lo que se hace. A pesar del mundo, saber lo que se es y saber lo que se hace, en el orgullo del silencio.

Valor de la palabra

Hombres dignos se buscan. Por favor, dar un paso adelante.

No a mi costado. En mí.

Poema de Morgana de Palacios - Videomontaje de Isabel Reyes

Historia viva - ¿Tanto van a chillar por un spot publicitario?

Las Malvinas fueron, son y serán argentinas mientras haya un argentino para nombrarlas.
El hundimiento del buque escuela Crucero Ara General Belgrano, fue un crimen de guerra que aún continúa sin condena.

Porque la buena amistad también es amor.

Asombro de lo sombrío

Memoria AMIA

Sólo el amor - Silvio Rodríguez

Aves migrantes

Registrados... y publicados, además.

Safe Creative #1006060192036

Todos los derechos están reservados

Safe Creative #1209172351784

Feria del Libro de Jerusalem - 2013

Feria del Libro de Jerusalem - 2013
Café literario - Centro de convenciones de Jerusalem

Acto de fe

Necesito perdonar a los que te odiaron y ofendieron a vos. Ya cargo demasiado odio contra los que dijeron que me amaban a mí.

Irse muriendo (lástima que el reportaje sea de Víctor Hugo Morales)

Hubo algo de eso de quedarse petrificado, cuando vi este video. Así, petrificado como en las películas en las que el protagonista se mira al espejo y aparece otro, que también es él o un calco de él o él es ese otro al que mira y lo mira, en un espejo que no tiene vueltas. Y realmente me agarré tal trauma de verme ahí a los dieciseis años, con la cara de otro que repetía lo que yo dije tal y como yo lo dije cuarenta años antes, que me superó el ataque de sollozos de esos que uno no mide. Cómo habrá sido, que mi asistente entró corriendo asustado, preguntándome si estaba teniendo un infarto. A mi edad, haber sido ese pendejo y ser este hombre, es un descubrimiento pavoroso, porque sé, fehacientemente, que morí en alguna parte del trayecto.

Poema 2



"Empapado de abejas
en el viento asediado de vacío
vivo como una rama,
y en medio de enemigos sonrientes
mis manos tejen la leyenda,
crean el mundo espléndido,
esa vela tendida."

Julio Cortázar

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.
1a. edición - bilingüe