Apendicitis crónicas (las páginas colgantes)

TEORÍA DE LA PROSA - IRRESPONSABILIDAD DEL VERSO - IMAGINACIÓN DEL ENSAYO - INCERTIDUMBRE DE LA REFLEXIÓN

Tambores de la profundidad.




Tenía esos cabellos de cascada romántica sobre los que el atardecer es capaz de dibujar cobres y miel terrestres y mirándola pensó que si yo tuviera una mano de esas que poseen los dioses, sería también capaz de resolver el mundo de sus ondas de vientos como un despeñadero de acrobacias con las que demostrar la naturalidad de su incalculable poder hembra, porque así la veía él, lejos de lo totémico pero también totémica en su modo de carne hecha de niebla y sal que el ancho sol de África volvía una talla de peltre engastada en el marco luciente del espejo. 

De espaldas y desnuda era un apacible gato lácteo, con una cabellera donde pueden caber el resto de los otoños de mi vida, pensó también, porque siempre lo habían fascinado las cabelleras de mujer en que perder el tacto y el olfato como en una espesura de flores y silencio y quedarse así, recogido en el olor a pelo, en esa impregnante presencia de grasitud sutil, de sebo umbrío, de parafinada tersura como eran los senos de criar hijos de estepa y canto, dijo en voz alta y agregó que ella tenía caderas de árbol y cintura de ánfora y pechos orgullosos de heroína que a él le despertaban una jugosa dentellada caníbal y dijo que se le hacía agua la boca como a un desesperado animal de colmillo, de verdad, se me hace agua la boca, insistió y ella pensó en dos espaciosos chitas que se encuentran en época propicia y con el celo a tiempo y salió del espejo para volverse músculo que cayó sobre él, sobre la cama que hablaba ya un idioma junglar de acometidas y en el ancho nocturno de sus ojos de hombre hundió dos largas estocadas de agua. 

Le dijo que era hermoso, que era el hombre más hermoso que ella hubiera sentido golpeando sobre el tambor de su libertad, porque la libertad de la soledad había sido una decisión para ella y en él había encontrado al compañero exacto y anhelado, porque en la libertad de la soledad también se anhela alguien que nos hable de ella como hablamos nosotros, le dijo, acariciándole las mejillas enjutas y los hoyuelos parcos que le culminaban la sonrisa. 

Y luego dijo no quiero que te vayas y él le susurró  jamás, bajo su boca.


(De: Caída de las patrias) 

Participan en este sitio sólo escasas mentes amplias

Uno mismo

En tu cuarto hay un pájaro (de Pájaros de Ionit)

Un video de Mirella Santoro

SER ISRAELÍ ES UN ORGULLO, JAMÁS UNA VERGÜENZA

Sencillamente saber lo que se es. Sencillamente saber lo que se hace. A pesar del mundo, saber lo que se es y saber lo que se hace, en el orgullo del silencio.

Valor de la palabra

Hombres dignos se buscan. Por favor, dar un paso adelante.

No a mi costado. En mí.

Poema de Morgana de Palacios - Videomontaje de Isabel Reyes

Historia viva - ¿Tanto van a chillar por un spot publicitario?

Las Malvinas fueron, son y serán argentinas mientras haya un argentino para nombrarlas.
El hundimiento del buque escuela Crucero Ara General Belgrano, fue un crimen de guerra que aún continúa sin condena.

Porque la buena amistad también es amor.

Asombro de lo sombrío

Memoria AMIA

Sólo el amor - Silvio Rodríguez

Aves migrantes

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Feria del Libro de Jerusalem - 2013

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Café literario - Centro de convenciones de Jerusalem

Acto de fe

Necesito perdonar a los que te odiaron y ofendieron a vos. Ya cargo demasiado odio contra los que dijeron que me amaban a mí.

Irse muriendo (lástima que el reportaje sea de Víctor Hugo Morales)

Hubo algo de eso de quedarse petrificado, cuando vi este video. Así, petrificado como en las películas en las que el protagonista se mira al espejo y aparece otro, que también es él o un calco de él o él es ese otro al que mira y lo mira, en un espejo que no tiene vueltas. Y realmente me agarré tal trauma de verme ahí a los dieciseis años, con la cara de otro que repetía lo que yo dije tal y como yo lo dije cuarenta años antes, que me superó el ataque de sollozos de esos que uno no mide. Cómo habrá sido, que mi asistente entró corriendo asustado, preguntándome si estaba teniendo un infarto. A mi edad, haber sido ese pendejo y ser este hombre, es un descubrimiento pavoroso, porque sé, fehacientemente, que morí en alguna parte del trayecto.

Poema 2



"Empapado de abejas
en el viento asediado de vacío
vivo como una rama,
y en medio de enemigos sonrientes
mis manos tejen la leyenda,
crean el mundo espléndido,
esa vela tendida."

Julio Cortázar

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.
1a. edición - bilingüe