Apendicitis crónicas (las páginas colgantes)

TEORÍA DE LA PROSA - IRRESPONSABILIDAD DEL VERSO - IMAGINACIÓN DEL ENSAYO - INCERTIDUMBRE DE LA REFLEXIÓN

Corazón y papel

 


Los días se presentan con fragilidad porque la cercanía del invierno vuelve frágil al desierto y aparece nublada esta vida de hojas de papel donde se desglosa el hábito que tienen los fracasos.

Estoy aquí, pensándote, tratando de que seas un último regreso al que abrazar la caducidad que me he propuesto como resistencia al paso de esta vida que no terminó a tiempo.

Y acá me ves, pensando casi con contrariedad en que no he vuelto a nada de lo tuyo. Ya no te bebo como un viejo vampiro desdentado que necesita alimentar su ira y no encuentra cómo.

Es que no tengo ya costumbre de tus cosas.

No la tengo.

Me habitué a estar completamente solo en tierra inhóspita y creo que he perdido hasta la manía de volver a remorder tus mapas y cargar tus cadenas.

Te olvido con dulzura, muchas veces.

Ahora, empeño toda esta violenta dulzura del amor, en olvidarte. Apuesto a la neblina de los años, a esa mano de lluvia que lavó los instantes que decidí dejar por el camino porque la tristeza es insalubre, aún más que yo.

Y te vas lixiviando, inexorablemente, hacia los territorios de la entraña en los que entierro la voz de lo sagrado.

«Podés quedarte ahí el resto de mi vida porque no voy a entrar a buscarte hasta cicatrizarme de la llaga que me ocupa las manos de doler», te escupí un día en que tus mapas me astillaban de vidrio las plantas de los pies y yo andaba sangrando y ensuciando con el dolor mis propios amuletos.

¿Pero sabés? No es cierto. Hoy toda esta ira dulce con la que había conseguido amarte mi hosco desprejuicio, tuvo que regresar y caminarte y volver a escucharte letra a letra.

Y acá estoy, escribiendo porque no podría verbalizar el llanto interminable. Para este tipo de llanto nadie ha inventado las palabras.

Y descubrí, eso es lo más difícil del asunto, que de esa lixiviación a la que condené todos tus cantos todavía me brotan flores de oscuridad en lo recóndito. Flores que se abren y me devoran la templanza en el mundo final de los olvidos.

Te saliste con la tuya. No te olvido. Y estás vigente como el primer día en que aprendí a depender de vos porque el amor consigue volverme vulnerable. Así, tan desairadamente vulnerable como me ves ahora, entre tus versos.

Algunos sé que fueron para mí.

 

Participan en este sitio sólo escasas mentes amplias

Uno mismo

En tu cuarto hay un pájaro (de Pájaros de Ionit)

Un video de Mirella Santoro

SER ISRAELÍ ES UN ORGULLO, JAMÁS UNA VERGÜENZA

Sencillamente saber lo que se es. Sencillamente saber lo que se hace. A pesar del mundo, saber lo que se es y saber lo que se hace, en el orgullo del silencio.

Valor de la palabra

Hombres dignos se buscan. Por favor, dar un paso adelante.

No a mi costado. En mí.

Poema de Morgana de Palacios - Videomontaje de Isabel Reyes

Historia viva - ¿Tanto van a chillar por un spot publicitario?

Las Malvinas fueron, son y serán argentinas mientras haya un argentino para nombrarlas.
El hundimiento del buque escuela Crucero Ara General Belgrano, fue un crimen de guerra que aún continúa sin condena.

Porque la buena amistad también es amor.

Asombro de lo sombrío

Memoria AMIA

Sólo el amor - Silvio Rodríguez

Aves migrantes

Registrados... y publicados, además.

Safe Creative #1006060192036

Todos los derechos están reservados

Safe Creative #1209172351784

Feria del Libro de Jerusalem - 2013

Feria del Libro de Jerusalem - 2013
Café literario - Centro de convenciones de Jerusalem

Acto de fe

Necesito perdonar a los que te odiaron y ofendieron a vos. Ya cargo demasiado odio contra los que dijeron que me amaban a mí.

Irse muriendo (lástima que el reportaje sea de Víctor Hugo Morales)

Hubo algo de eso de quedarse petrificado, cuando vi este video. Así, petrificado como en las películas en las que el protagonista se mira al espejo y aparece otro, que también es él o un calco de él o él es ese otro al que mira y lo mira, en un espejo que no tiene vueltas. Y realmente me agarré tal trauma de verme ahí a los dieciseis años, con la cara de otro que repetía lo que yo dije tal y como yo lo dije cuarenta años antes, que me superó el ataque de sollozos de esos que uno no mide. Cómo habrá sido, que mi asistente entró corriendo asustado, preguntándome si estaba teniendo un infarto. A mi edad, haber sido ese pendejo y ser este hombre, es un descubrimiento pavoroso, porque sé, fehacientemente, que morí en alguna parte del trayecto.

Poema 2



"Empapado de abejas
en el viento asediado de vacío
vivo como una rama,
y en medio de enemigos sonrientes
mis manos tejen la leyenda,
crean el mundo espléndido,
esa vela tendida."

Julio Cortázar

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.
1a. edición - bilingüe