Apendicitis crónicas (las páginas colgantes)

TEORÍA DE LA PROSA - IRRESPONSABILIDAD DEL VERSO - IMAGINACIÓN DEL ENSAYO - INCERTIDUMBRE DE LA REFLEXIÓN

Apologar del beso

El norte de mi rutina está en tu boca
encendida de vientos, libertaria y libérrima,
despiadada en su esencia de cuchillo amazónico
cuando deshace, dulce, mi palabra
y el carámbano oscuro del silencio
en que siempre me encuentra guarecido.

Labios que despellejan la palabra con espejos de herrumbre
en que mostrar la luna
sobre la última noche en que hilamos los pactos
y decidimos
ser costas enfrentadas por un puente de agua,
rielado plenilunio.

Ahí pervive esa boca tuya,
esa mandrágora de carnes infinitas,
ese aroma de acero ocupando la selva de mi especie.

Flor que sin ser flor, es cándida en mis manos
hechas al fin de todas las ausencias
excepto de la tuya.

Firme dondiego húmedo de tiempos sin consuelo
que me perfuma la fiera madrugada de tanta penitencia.

Compañera vital, boca que habita la boca de mi alma.



Lo nuestro es este beso de furiosa dialéctica.

Beso apaciguado y estentóreo,
del siempre en hoy y aquí.

Hechos a la palabra y a la idea que lleva la palabra,
todo tiene en la lengua de este beso
un encanto fonético,
un balanceo jovial hecho sonido,
un cántaro que habla
y un arcón de ropas de jugar a no tener secretos.

¿Qué hace tu beso en mí cuando me anida
como un plumón de pólvora que canta?

Nos acomoda el tiempo del cansancio
con su saliva dúctil de fonemas
y te escucho en el pecho del papel
que me acerca tus labios a los ojos.

La noche muge luz que se agiganta
como un tropel de vientos ateridos,
pero llegan tus labios
¬—ah… tus violentos labios milagrosos—
conjuradores de la resurrección de mi espejismo.

No soy sino en tu beso.



Ya ves… Mantengo la aquiescencia
y aquí, tu predominio me engalana,
me vuelve poderoso en el derrumbe
y ágil
y veloz
y con afán suicida de ahogarme
entre tus consonantes metafísicas
y esas vocales tuyas,
inigualablemente intrépidas cuando encaran combate.

La sangre le queda hermosa a esos labios tuyos
cortados con palabras que pelean.

Y esas, tus manos mediadoras, exactamente al borde del rescate,
que se tienden a mí
como una rienda que contenga mis áridos caballos
y mis fieras de post apocalipsis.

Tus manos que remedian a mis manos,
tu boca que remedia a mis blasfemias
y allí,
siempre tu corazón

que me remedia.



¿Qué parte de la historia no puede tergiversar el infinito?

Mi vocación de infiel y al mismo tiempo
esta lealtad sin condiciones
más allá del fracaso y de la muerte,
porque la lealtad está en el alma.

Anclo mi lealtad aquí a la tuya
y persevero en ella
más allá de tormentas y degüellos.

Tantas veces he sido traicionado
que no me sojuzgan las promesas de nada ni de nadie.

Pero tu boca nunca ha prometido otra cosa que el beso
y no ese beso corpóreo sino otro.

Un grillete tenaz que aprieta el sino del leal.
Lo reproduce con unción de mística,
lo lleva a cabo como la salvación de lo posible
y está allí,
y está allí,
feroz e incorruptible,
esencialmente dueño de todo lo verídico.

La lealtad me canta en cada día mi propia vocación
que compartimos

casi como si fuéramos una misma roca.





Yo dije
«algún verso te arranco» y respondiste:
«me he hartado de parir hijos tuyos
como si un padre oscuro los amara».

Nuestros historias hablan de estas cosas.

Una cópula cruel y apasionada.
Un violentar el tiempo que no existe.
Un beso en el furgón de las tragedias.
Una resurrección
de cara al día.

Un padre oscuro puede amar con pasión
a una mujer abierta y clara.
Un padre oscuro ama
a esa mujer clara
y a sus hijos violentos y magnánimos.

Hay una bendición que ampara vida
en este renacer
y en este fruto que como la granada
nunca será abundante en la cosecha.

Yo, quizás como Cronos, me bebo hijo por hijo
como quizás
también bebés las letras con que se escribe semen

y nacen las palabras.




Lo bueno del asunto
es que no envejecemos con la pulcritud de los estereotipos.

Vive lo transgresor de las pulsiones,
del espíritu que nace en lo tribal,
de la singularidad del espécimen que se define como lo que es.

Eso me gusta, me motiva,
enciende mi locuacidad de viejas sombras hartas
y las pone a danzar, simiescas y felices,
encima del rescoldo de tus huellas.

Beso tu beso en todos los tizones
que me vuelven rebelde, todavía.

No siento este cansancio de vivir sin oxígeno
trepando a las montañas como un yeti
que mira los momentos y está solo
porque así están los monstruos en sus mundos.

Beso tu beso en todos los tizones
que huelen a maderas de diciembre,
y mi boca de tanto espanto muerto
levanta quemaduras de abubillas que vuelan hacia el mar.

Lo bueno, como dije,
es la elección de permanecer pasionalmente jóvenes
con la impaciencia a tiempo
y con el corazón resucitado.



Dejo pasar el grito.

A veces, yo también dejo pasar el grito
y pospongo estas crecientes sordas
que se llevan la piel de nuestra hierba joven
a un fondo hecho con piedras.

Dejo pasar el grito
y te busco
en la sensualidad de la palabra
y en el ofuscamiento de tu lengua enredada en la mía,
como anudando un hilo de silencio.

Atadura tenaz que sella una explosión sin canto.

A veces, supongo que seríamos violentamente agrios
frente a frente
y que luego, buscaríamos en el rincón secreto de querer
el corazón que abrimos
para ponerlo uno junto al otro
como un ramo de piedras aromáticas.

Dos fieras que son fieras y en fiereza
se rompen en los besos
cada día.

 


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Uno mismo

En tu cuarto hay un pájaro (de Pájaros de Ionit)

Un video de Mirella Santoro

SER ISRAELÍ ES UN ORGULLO, JAMÁS UNA VERGÜENZA

Sencillamente saber lo que se es. Sencillamente saber lo que se hace. A pesar del mundo, saber lo que se es y saber lo que se hace, en el orgullo del silencio.

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Feria del Libro de Jerusalem - 2013

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Café literario - Centro de convenciones de Jerusalem

Acto de fe

Necesito perdonar a los que te odiaron y ofendieron a vos. Ya cargo demasiado odio contra los que dijeron que me amaban a mí.

Irse muriendo (lástima que el reportaje sea de Víctor Hugo Morales)

Hubo algo de eso de quedarse petrificado, cuando vi este video. Así, petrificado como en las películas en las que el protagonista se mira al espejo y aparece otro, que también es él o un calco de él o él es ese otro al que mira y lo mira, en un espejo que no tiene vueltas. Y realmente me agarré tal trauma de verme ahí a los dieciseis años, con la cara de otro que repetía lo que yo dije tal y como yo lo dije cuarenta años antes, que me superó el ataque de sollozos de esos que uno no mide. Cómo habrá sido, que mi asistente entró corriendo asustado, preguntándome si estaba teniendo un infarto. A mi edad, haber sido ese pendejo y ser este hombre, es un descubrimiento pavoroso, porque sé, fehacientemente, que morí en alguna parte del trayecto.

Poema 2



"Empapado de abejas
en el viento asediado de vacío
vivo como una rama,
y en medio de enemigos sonrientes
mis manos tejen la leyenda,
crean el mundo espléndido,
esa vela tendida."

Julio Cortázar

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.
1a. edición - bilingüe