cuando la jaula aprieta las neuronas
porque el miedo, que es libre, me da miedo,
algo me dice que tenerte cerca
es parte de ese Dios que está tan lejos.
(MdP - Dios ha de ser brutal como la vida)
Sé que te escribo poco, compañera,
que hablo poco de vos, por breve y hosco,
tan esputo de vida en las naranjas
que, férrea, almacenás sobre tus pechos.
Creo en un Dios afónico, de a ratos,
con esta militancia de tu boca
y con tu larga admonición de lunes
en que sigue la vida.
A los judíos,
nos empieza en domingo la semana.
Pero estás en el pan y en el papel,
huele a té derramado tu cabello
y tus pies van pequeños por el aire
siguiéndome los verbos que no digo.
Huele a cocina siempre tu cintura
y a pólvora mi boca cuando besa
tu lengua apalabrada,
tu dulce lengua
hecha toda de diéresis y pájaros.
Vas a buscar un diccionario apócrifo
lejano al DRAE y con significados
tolerantes y mágicos y fuertes
como la libertad de haber nacido
como yo sueño:
el uno para el otro.
Que venga Dios y vea
este extraño milagro que no hizo.