Apendicitis crónicas (las páginas colgantes)

TEORÍA DE LA PROSA - IRRESPONSABILIDAD DEL VERSO - IMAGINACIÓN DEL ENSAYO - INCERTIDUMBRE DE LA REFLEXIÓN

CAMPO DE MANIOBRAS

Mi campo de maniobras

El campo de maniobras
ha perdido su antiguo esplendor y últimamente
ya no llegan a él los domadores de dragones
ni los encantadores de murciélagos
y ni siquiera llegan los decrépitos retadores de quimeras.

Se oxida el decorado,
le crecen líquenes al oropel
y en el agua pululan renacuajos y peces moribundos
que mutan en almejas.

–Lo hacen para sobrevivir un rato más
si encuentran una playa en que enterrarse
al escapar del éxodo–.


Ahora, el campo de maniobras es un territorio vagabundo,
una especie de circo errante,
de tierra errante
con tres o cuatro pasajeros que juegan al mus,
un director de orquesta que está ebrio con agua bendita,
algún que otro flautista de Hamelîn
al que le dio por tejer abrigos con las colas de las ratas,
un coleccionista de martillos
y algún cometa que se estrella en la boca del cañón
esporádicamente.

Ya no hay guerras, es eso.

¿Para qué sirve un campo de maniobras entonces?

Quizás,
cambiando el nombre por playa de maniobras
habría trenes
y todos podrían huir sin dejar otro rastro que los huesos,
esos, de los viejos cadáveres atascados en la vejez de la gloria.


Sheva

Lleva su tiempo acostumbrarse a lo moribundo.

Es como una shivâ interminable
en la que todos están sentados porque no tienen otra cosa que hacer
más que dar bendiciones,
hacer preguntas idiotas cientos de veces
tratando de simpatizar con los deudos
y luego salir de allí como si no hubiera pasado nada.

Ni siquiera los deudos quieren aguantar despiertos la shivâ
durante siete días.


Mérito de la muerte

La muerte debería ser de ejercicio meritorio,
una especie de premio al deber cumplido con honor,
una retribución acorde al servicio prestado para con el mundo de los vivos.

Pero son poco importantes las cosas importantes
porque no le importan a nadie que no sea el que las lleva a cabo.

Hasta en ese punto secreto que hace al todo
la individualidad descuella
y se parece
–cada vez más–
a la soledad de la agonía.


Des-Orden táctico

Luego llegarán las declamaciones y los golpes de pecho.

Esto, también es una declamación.

Bien mirada, no es otra cosa que una declamación de intereses,
de inutilidades y visiones parciales,
–como todas las visiones, por otra parte–.

Cada uno declama de acuerdo a su propio interés
y reclama por él o lo reivindica
o lo superpone como si fuera el único que debe ser tenido en cuenta.

Todos lo hacen en el campo de maniobras.

Se dan sus propias órdenes
y solamente ejecutan aquellos ejercicios en los que son hábiles
para evitarse el fracaso de ser como todos

solamente uno más.


Limpieza del terreno

Entonces, como quien espera a Dios,
estar sentado a la hora de la espera no intoxica los músculos.
Es útil aprender a dejarse estar en la barraca
igual que en una oscura sala de interrogación
donde el espíritu se gasta las alertas y entra en confinamiento.

Pierde lo creativo de la defensa
y se abandona a lo desvaído del aburrimiento secuencial
que trae la agonía.

Es una cosa aburrida la agonía porque ya se conoce el resultado.

Se vuelve impráctica
tediosa
rutinaria.
El dolor también es parte de esa rutina que envilece todo
porque
apaga al dolor y a su rebeldía
y apaga también la inconfesable lealtad
a la causa perdida de uno mismo.

 

Participan en este sitio sólo escasas mentes amplias

Uno mismo

En tu cuarto hay un pájaro (de Pájaros de Ionit)

Un video de Mirella Santoro

SER ISRAELÍ ES UN ORGULLO, JAMÁS UNA VERGÜENZA

Sencillamente saber lo que se es. Sencillamente saber lo que se hace. A pesar del mundo, saber lo que se es y saber lo que se hace, en el orgullo del silencio.

Valor de la palabra

Hombres dignos se buscan. Por favor, dar un paso adelante.

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Poema de Morgana de Palacios - Videomontaje de Isabel Reyes

Historia viva - ¿Tanto van a chillar por un spot publicitario?

Las Malvinas fueron, son y serán argentinas mientras haya un argentino para nombrarlas.
El hundimiento del buque escuela Crucero Ara General Belgrano, fue un crimen de guerra que aún continúa sin condena.

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Asombro de lo sombrío

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Feria del Libro de Jerusalem - 2013

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Acto de fe

Necesito perdonar a los que te odiaron y ofendieron a vos. Ya cargo demasiado odio contra los que dijeron que me amaban a mí.

Irse muriendo (lástima que el reportaje sea de Víctor Hugo Morales)

Hubo algo de eso de quedarse petrificado, cuando vi este video. Así, petrificado como en las películas en las que el protagonista se mira al espejo y aparece otro, que también es él o un calco de él o él es ese otro al que mira y lo mira, en un espejo que no tiene vueltas. Y realmente me agarré tal trauma de verme ahí a los dieciseis años, con la cara de otro que repetía lo que yo dije tal y como yo lo dije cuarenta años antes, que me superó el ataque de sollozos de esos que uno no mide. Cómo habrá sido, que mi asistente entró corriendo asustado, preguntándome si estaba teniendo un infarto. A mi edad, haber sido ese pendejo y ser este hombre, es un descubrimiento pavoroso, porque sé, fehacientemente, que morí en alguna parte del trayecto.

Poema 2



"Empapado de abejas
en el viento asediado de vacío
vivo como una rama,
y en medio de enemigos sonrientes
mis manos tejen la leyenda,
crean el mundo espléndido,
esa vela tendida."

Julio Cortázar

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.
1a. edición - bilingüe