Hay un barco en tu nombre negociador de pájaros
y un resplandor de fríos y de flores
en cristales macizos.
Hay un paréntesis roto en tu nombre de nieve
comprador de milagros.
Hay un ave en tu nombre.
En tu nombre
hay un avefría que no levanta vuelo
y anda de carta en carta
igual que anda la melancolía
como un poema ruso escrito por un triste
que solamente sabe de pedazos masticados de pan
y de penas
y cárceles.
Yo estoy aquí con actitud de puerto.
Turbio y neblinoso igual que un puerto.
Estoy
sin actitud de faro. Solo puerto, farallón, angustia.
Nadie llega.
Y luego
tus campanas acuden como náufragos.
Acuden como pecios.
Solo acuden a esta costa frígida
que llora por los soles de bolsillo que todo el mundo
tiene.
Y que todo el mundo guarda.
Y que todo el mundo pierde.
Y que todo el mundo
y que todo el
y que todo
y que nada es cierto.
Y soy
a-penas
un faro a la deriva
que ya no tiene luz
y un puerto a la deriva que ya no tiene faro
y una deriva soy a la deriva que ya no tiene costa
y no soy
ni
una
costa.
Ni siquiera consigo divisarme.
Quizás
debas mandarme
tus últimas gaviotas.
Imagen: Almost by Kelc