Apendicitis crónicas (las páginas colgantes)

TEORÍA DE LA PROSA - IRRESPONSABILIDAD DEL VERSO - IMAGINACIÓN DEL ENSAYO - INCERTIDUMBRE DE LA REFLEXIÓN

Aivan



El magro campamento va desapareciendo entre sus propios y terrosos humos y se ve desde aquí como el viento se apodera de él, en un frente de guerra sin imágenes.

También, en cierto modo, me siento parte de ese furioso viento demacrado que devora —como un espíritu ancestral y hambriento— las cosas de los hombres.

Dentro de mí, el viento pestilente de la sangre, también es un demonio que viaja desde el corazón hacia el cerebro, confundiendo de fiebre las ideas en el planeta de las decisiones acertadas. El instinto opera por sobre la reflexión y se vuelve intenso y resolutivo en su exigencia de objetivos.

Luego, están los demonios que acumulan en la razón sus malas artes intentando con sacudidas despiadadas que mi viejo ángel negro se despierte, pero yo retengo en mis manos sus cadenas pese a que él se debate con su rabia intacta y su decisión de responder siempre al fuego con fuego.

—Aún puedo pensar —digo a mis compañeros, que soportan con estoicismo la contienda picante de la pólvora y el humo que levanta la breve escaramuza sobre el límite en este más o menos, siempre gris.

Sé que puedo pensar, que Aivan puede pensar y relacionarse también con lo correcto, incluso cuando apela a sus demonios.

Todo termina como el viento termina. Tan solo queda una nube de nada que se disuelve, asimismo, una vez más.

Recogemos a los vivos que quedan. Los acomodamos hacinados en la hasta ahora holgada caja del camión y nos vamos de aquí, de este lugar que para el mundo está en ninguna parte.

Aivan hace silencio. Lleva el fusil entre las piernas y el cañón apoyado sobre el beso, como suele hacerlo en la victoria. Está entre los que ocupan la caja del camión, como una vieja estatua sobre la que crece un moho exiguo.

Sé que me escucha a veces. Como hoy.

En él, la violencia no suele ser una decisión sino un recurso.


(Fragmento de Gordiano - Diarios del Sahel)


Participan en este sitio sólo escasas mentes amplias

Uno mismo

En tu cuarto hay un pájaro (de Pájaros de Ionit)

Un video de Mirella Santoro

SER ISRAELÍ ES UN ORGULLO, JAMÁS UNA VERGÜENZA

Sencillamente saber lo que se es. Sencillamente saber lo que se hace. A pesar del mundo, saber lo que se es y saber lo que se hace, en el orgullo del silencio.

Valor de la palabra

Hombres dignos se buscan. Por favor, dar un paso adelante.

No a mi costado. En mí.

Poema de Morgana de Palacios - Videomontaje de Isabel Reyes

Historia viva - ¿Tanto van a chillar por un spot publicitario?

Las Malvinas fueron, son y serán argentinas mientras haya un argentino para nombrarlas.
El hundimiento del buque escuela Crucero Ara General Belgrano, fue un crimen de guerra que aún continúa sin condena.

Porque la buena amistad también es amor.

Asombro de lo sombrío

Memoria AMIA

Sólo el amor - Silvio Rodríguez

Aves migrantes

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Feria del Libro de Jerusalem - 2013

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Café literario - Centro de convenciones de Jerusalem

Acto de fe

Necesito perdonar a los que te odiaron y ofendieron a vos. Ya cargo demasiado odio contra los que dijeron que me amaban a mí.

Irse muriendo (lástima que el reportaje sea de Víctor Hugo Morales)

Hubo algo de eso de quedarse petrificado, cuando vi este video. Así, petrificado como en las películas en las que el protagonista se mira al espejo y aparece otro, que también es él o un calco de él o él es ese otro al que mira y lo mira, en un espejo que no tiene vueltas. Y realmente me agarré tal trauma de verme ahí a los dieciseis años, con la cara de otro que repetía lo que yo dije tal y como yo lo dije cuarenta años antes, que me superó el ataque de sollozos de esos que uno no mide. Cómo habrá sido, que mi asistente entró corriendo asustado, preguntándome si estaba teniendo un infarto. A mi edad, haber sido ese pendejo y ser este hombre, es un descubrimiento pavoroso, porque sé, fehacientemente, que morí en alguna parte del trayecto.

Poema 2



"Empapado de abejas
en el viento asediado de vacío
vivo como una rama,
y en medio de enemigos sonrientes
mis manos tejen la leyenda,
crean el mundo espléndido,
esa vela tendida."

Julio Cortázar

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.
1a. edición - bilingüe