Apendicitis crónicas (las páginas colgantes)

TEORÍA DE LA PROSA - IRRESPONSABILIDAD DEL VERSO - IMAGINACIÓN DEL ENSAYO - INCERTIDUMBRE DE LA REFLEXIÓN

רוח

 

En ciertos lugares, los perfumes tienen su propia condición. Aroman la personalidad de los sitios con el hálito que corresponde a esa personalidad. Existe un olor para el dolor, para el hambre, para la primavera. Y existe un olor para la muerte.

Todo alrededor huele así esa mañana, pero entre los escombros que se apilan contra los muros del hospital, increíblemente han nacido unas pequeñas flores tibias. Están ahí, emergiendo, abriéndose camino, en verde y amarillo.

Aferradas a la supervivencia, están allí, como si el espacio en el que se levantan hacia el cielo perteneciera a otra dimensión. Su mundo es otro mundo.

Solo los hombres que ven el exterior pueden ver las flores contra el muro. Quizás, también crezcan otras similares, como si se tratara de un espejo, sobre el lado interior del paredón.

En el lado interior han sobrevivido un par de árboles secos. Siempre se los ve nevados de polvillo, con un aspecto de hueso ceniciento. En la noche, con el viento, crujen sin desesperación.

A veces y en la noche, ese mismo viento que arrastra entre sus pliegues los calvarios de la ciudadela, tropieza con sustancias que no le pertenecen. Las toma para sí y las acerca al olfato de los hombres de guardia. Sabe que en la soledad del desamparo, la nariz se vuelve avariciosa.

El viento, entonces, les lleva los perfumes de las médicas. Son sutiles. Las médicas, en la noche, tienen olor a limpio, a jabón, a loción para el cuerpo.

Es difícil darse un baño diario, pero entonces, cuando ellas utilizan el hammam, acompañadas por las enfermeras, el aire avanza con una impronta insospechada y asienta su huella en los olfatos.

Los hombres, en general, siempre están sucios. Huelen a sudor, a pelo, a sebo y ratonera. Incluso aquellos que hacen sus abluciones a la hora del rezo, huelen a peste igual que los demás.

No hay agua en la ciudadela, más que la que se obtiene de los viejos pozos, con un cubo y la energía eléctrica apenas dura lo que duran las estrellas fugaces.

Los generadores que llegaron para auxiliar al hospital, funcionan a gasoil y también resulta complejo conseguir combustible para ellos. Por eso, quizás, el olor impregnante del combustible, es un olor bien visto, como ese aroma a mujer limpia y perfumada.

El Tercero se inclina hacia las flores. Acerca la nariz a las corolas y acaricia las hojas vellosas e incipientes.

El Noveno, que monta la guardia junto a él, lo observa hacer. Aquella actitud frente a lo vegetal, se le antoja una reverencia.

—La vida no se da por vencida —dice.

El Tercero, que cuidadosamente ha resguardado las plantas con sus flores tras un cerco de piedras y restos de metal, sonríe.

(Fragmento de: Posición de combate)

 

Participan en este sitio sólo escasas mentes amplias

Uno mismo

En tu cuarto hay un pájaro (de Pájaros de Ionit)

Un video de Mirella Santoro

SER ISRAELÍ ES UN ORGULLO, JAMÁS UNA VERGÜENZA

Sencillamente saber lo que se es. Sencillamente saber lo que se hace. A pesar del mundo, saber lo que se es y saber lo que se hace, en el orgullo del silencio.

Valor de la palabra

Hombres dignos se buscan. Por favor, dar un paso adelante.

No a mi costado. En mí.

Poema de Morgana de Palacios - Videomontaje de Isabel Reyes

Historia viva - ¿Tanto van a chillar por un spot publicitario?

Las Malvinas fueron, son y serán argentinas mientras haya un argentino para nombrarlas.
El hundimiento del buque escuela Crucero Ara General Belgrano, fue un crimen de guerra que aún continúa sin condena.

Porque la buena amistad también es amor.

Asombro de lo sombrío

Memoria AMIA

Sólo el amor - Silvio Rodríguez

Aves migrantes

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Feria del Libro de Jerusalem - 2013

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Café literario - Centro de convenciones de Jerusalem

Acto de fe

Necesito perdonar a los que te odiaron y ofendieron a vos. Ya cargo demasiado odio contra los que dijeron que me amaban a mí.

Irse muriendo (lástima que el reportaje sea de Víctor Hugo Morales)

Hubo algo de eso de quedarse petrificado, cuando vi este video. Así, petrificado como en las películas en las que el protagonista se mira al espejo y aparece otro, que también es él o un calco de él o él es ese otro al que mira y lo mira, en un espejo que no tiene vueltas. Y realmente me agarré tal trauma de verme ahí a los dieciseis años, con la cara de otro que repetía lo que yo dije tal y como yo lo dije cuarenta años antes, que me superó el ataque de sollozos de esos que uno no mide. Cómo habrá sido, que mi asistente entró corriendo asustado, preguntándome si estaba teniendo un infarto. A mi edad, haber sido ese pendejo y ser este hombre, es un descubrimiento pavoroso, porque sé, fehacientemente, que morí en alguna parte del trayecto.

Poema 2



"Empapado de abejas
en el viento asediado de vacío
vivo como una rama,
y en medio de enemigos sonrientes
mis manos tejen la leyenda,
crean el mundo espléndido,
esa vela tendida."

Julio Cortázar

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.
1a. edición - bilingüe