Apendicitis crónicas (las páginas colgantes)

TEORÍA DE LA PROSA - IRRESPONSABILIDAD DEL VERSO - IMAGINACIÓN DEL ENSAYO - INCERTIDUMBRE DE LA REFLEXIÓN

Otra vez sopa

La ciudad, la selva que te ignora, que te seca el corazón o lo devora (Taxi libre)

El hombre de la mesa junto al ventanal coloca el punto y se reclina un poco en su silla para observar, con un dejo de ausencia, el paisaje de la ciudad histérica e imponente que a él se le figura la opulenta madama de un burdel lleno de minusválidos y malvivientes.

Una madama rota, con un humor fluctuante pero siempre exaltado, ya sea en la tristeza o en la ira que fagocita a quien intenta algún trato con ella. Una madama de fachada hermosa que cubre sus ropas íntimas –ya en hilachas– con ese trajín impetuoso que le imponen los sobresaltos en la carne.

El hombre de la mesa junto al ventanal odia a esa ciudad que se le ofrece con su purulencia de matices. La odia desde hace muchos años, con un odio ceñido, que se reitera y se reitera cada vez que debe caminar allí. Nunca ha conseguido odiarla menos, ni siquiera cuando le ha ido bien.

Él no es un pueblerino al que la madama y su burdel esquilman y avasallan cuando se acerca buscando una oportunidad de mal amor.

El hombre de la mesa junto al ventanal ha recorrido el mundo y se ha enamorado de otras villas y de otras capitales y las evoca con un largo placer de amante herido que apuesta a regresar por lo que ama. Sostiene siempre que le gusta Praga y que nunca le gustó París porque le caen gordos los franceses, además de que llovizna todo el día.

Pero allí, en su país, siempre ha sido extranjero. Un emigrado huyente que continúa con su huida, incluso estando dentro del vientre del burdel.

¿Por qué eligió burdel como palabra? Lo mismo que otros eligen cabaret para decir lo mismo que él piensa con respecto al país que lo rodea y que esa pobre madama despeinada y llena de joyas caras sobre sus misérrimas hilachas, regentea desordenadamente.

La ciudad le propone sus constancias.

En el televisor de la pared contraria al ventanal, el noticiero muestra la multitud que acampa sobre las avenidas, con sus pancartas y con sus columnas. Es un mundo que grita sus reclamos y al que otros le gritan su fastidio.

«Ciudad de mierda. Siempre lo mismo», murmura y sabe que nunca cambia nada y que aquello que ve en cada regreso es un deja vú de un deja vú, corregido y aumentado año tras año.

Pero la ciudad no es la culpable. Eso también lo sabe. Apenas es –siquiera– un escenario donde los malvivientes y los minusválidos batallan guerras perdidas en el mismo y perpetuo nudo gris buscando su oportunidad con la madama.

El hombre de la mesa junto al ventanal, ese mediodía ha almorzado solo. Busca esa soledad de su propio momento reflexivo en el que no sumergir la piel en la vorágine.

Pero él mismo es, al fin y al cabo, una vorágine.

 

( Los chicos del vecindario – fragmento)

 

Participan en este sitio sólo escasas mentes amplias

Uno mismo

En tu cuarto hay un pájaro (de Pájaros de Ionit)

Un video de Mirella Santoro

SER ISRAELÍ ES UN ORGULLO, JAMÁS UNA VERGÜENZA

Sencillamente saber lo que se es. Sencillamente saber lo que se hace. A pesar del mundo, saber lo que se es y saber lo que se hace, en el orgullo del silencio.

Valor de la palabra

Hombres dignos se buscan. Por favor, dar un paso adelante.

No a mi costado. En mí.

Poema de Morgana de Palacios - Videomontaje de Isabel Reyes

Historia viva - ¿Tanto van a chillar por un spot publicitario?

Las Malvinas fueron, son y serán argentinas mientras haya un argentino para nombrarlas.
El hundimiento del buque escuela Crucero Ara General Belgrano, fue un crimen de guerra que aún continúa sin condena.

Porque la buena amistad también es amor.

Asombro de lo sombrío

Memoria AMIA

Sólo el amor - Silvio Rodríguez

Aves migrantes

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Feria del Libro de Jerusalem - 2013

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Café literario - Centro de convenciones de Jerusalem

Acto de fe

Necesito perdonar a los que te odiaron y ofendieron a vos. Ya cargo demasiado odio contra los que dijeron que me amaban a mí.

Irse muriendo (lástima que el reportaje sea de Víctor Hugo Morales)

Hubo algo de eso de quedarse petrificado, cuando vi este video. Así, petrificado como en las películas en las que el protagonista se mira al espejo y aparece otro, que también es él o un calco de él o él es ese otro al que mira y lo mira, en un espejo que no tiene vueltas. Y realmente me agarré tal trauma de verme ahí a los dieciseis años, con la cara de otro que repetía lo que yo dije tal y como yo lo dije cuarenta años antes, que me superó el ataque de sollozos de esos que uno no mide. Cómo habrá sido, que mi asistente entró corriendo asustado, preguntándome si estaba teniendo un infarto. A mi edad, haber sido ese pendejo y ser este hombre, es un descubrimiento pavoroso, porque sé, fehacientemente, que morí en alguna parte del trayecto.

Poema 2



"Empapado de abejas
en el viento asediado de vacío
vivo como una rama,
y en medio de enemigos sonrientes
mis manos tejen la leyenda,
crean el mundo espléndido,
esa vela tendida."

Julio Cortázar

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.
1a. edición - bilingüe