Apendicitis crónicas (las páginas colgantes)

TEORÍA DE LA PROSA - IRRESPONSABILIDAD DEL VERSO - IMAGINACIÓN DEL ENSAYO - INCERTIDUMBRE DE LA REFLEXIÓN

Saber vivir

La poca luz escupe sobre nosotros una miseria pulposa dentro de la cual aparecemos fragmentarios. Mientras avanzamos, sufrimos una metódica disgregación. Nos tajean la traza ramalazos de sombra y nos vuelven oblicuos, por momentos manchados de hollín o de harina.

«Lobos suaves. Plateados lobos suaves» pienso, sin ferocidad. Animales de estepa fría, animales de la piedra de invierno, animales de pelo emblanquecido por ese polvo trenzado a la arena lunar que viaja por la luz.

Hay algo en nosotros que huele a los destiempos, a celuloide roto atascado en solo un fotograma que se repite con eternidad.

No huimos. Avanzamos. Parecemos lo inverso. La otra parte del alma cuando muere. Esa parte encarnada, sanguinaria y sangrienta, que late tumefacta en un reducto al que no llegan los médicos ni Dios y que resiste allí, con un tesón obtuso y desafiante.

Sin embargo, todos nuestros pasajes por aquí son efímeros. Apenas vuelos de cabotaje dentro de una oscuridad en la que se terminan las estrellas.

Pienso en este pelaje que nos cubre con sus mudas tragedias mal pintadas y recupero la idea de que vivimos desamparados por la luz y prohijados por la oscuridad.

En esa oscuridad, alguien espera que lleguemos a salvo, con todos los asuntos que nos unen en los tiempos de unirse y que luego, también disgregados en la estolidez de la bonanza, nos mantienen distantes aunque nunca distintos.

Nos vamos y volvemos, como una feria que trashuma y que para dar su función descuelga lejos el traje de jauría con el que se aproximará a la castigada arena de su circo, donde convive la muerte con el día que nunca es el día por venir ni el día venturoso.

A veces pienso que olemos como la palidez de la esperanza y que la muerte es una novia inútilmente virgen con la que hemos olvidado copular en nuestra juventud y ahora camina fatigada, persiguiéndonos con sus galas rotas, mientras nos ve luchar con las heridas que el tiempo apolilla en nuestros viejos trajes de morir.

Hay historias hechas con cadáveres que consiguen llenarme de alegría, porque toda mi vida ha sido una historia hecha con cadáveres y es como sé vivir. Ni más ni menos. Es como sé vivir.

 


 

 

Participan en este sitio sólo escasas mentes amplias

Uno mismo

En tu cuarto hay un pájaro (de Pájaros de Ionit)

Un video de Mirella Santoro

SER ISRAELÍ ES UN ORGULLO, JAMÁS UNA VERGÜENZA

Sencillamente saber lo que se es. Sencillamente saber lo que se hace. A pesar del mundo, saber lo que se es y saber lo que se hace, en el orgullo del silencio.

Valor de la palabra

Hombres dignos se buscan. Por favor, dar un paso adelante.

No a mi costado. En mí.

Poema de Morgana de Palacios - Videomontaje de Isabel Reyes

Historia viva - ¿Tanto van a chillar por un spot publicitario?

Las Malvinas fueron, son y serán argentinas mientras haya un argentino para nombrarlas.
El hundimiento del buque escuela Crucero Ara General Belgrano, fue un crimen de guerra que aún continúa sin condena.

Porque la buena amistad también es amor.

Asombro de lo sombrío

Memoria AMIA

Sólo el amor - Silvio Rodríguez

Aves migrantes

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Feria del Libro de Jerusalem - 2013

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Café literario - Centro de convenciones de Jerusalem

Acto de fe

Necesito perdonar a los que te odiaron y ofendieron a vos. Ya cargo demasiado odio contra los que dijeron que me amaban a mí.

Irse muriendo (lástima que el reportaje sea de Víctor Hugo Morales)

Hubo algo de eso de quedarse petrificado, cuando vi este video. Así, petrificado como en las películas en las que el protagonista se mira al espejo y aparece otro, que también es él o un calco de él o él es ese otro al que mira y lo mira, en un espejo que no tiene vueltas. Y realmente me agarré tal trauma de verme ahí a los dieciseis años, con la cara de otro que repetía lo que yo dije tal y como yo lo dije cuarenta años antes, que me superó el ataque de sollozos de esos que uno no mide. Cómo habrá sido, que mi asistente entró corriendo asustado, preguntándome si estaba teniendo un infarto. A mi edad, haber sido ese pendejo y ser este hombre, es un descubrimiento pavoroso, porque sé, fehacientemente, que morí en alguna parte del trayecto.

Poema 2



"Empapado de abejas
en el viento asediado de vacío
vivo como una rama,
y en medio de enemigos sonrientes
mis manos tejen la leyenda,
crean el mundo espléndido,
esa vela tendida."

Julio Cortázar

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.

Mis viejos libros, cuando usaba otro seudónimo y ganaba concursos.
1a. edición - bilingüe